En las zonas rurales de Colombia, la educación está transformando vidas. En esta miniserie, te sumergirás en historias de resiliencia de estudiantes, maestros y comunidades que, a través de la colaboración mutua y mediante el Modelo de Gestión Social Conexión Desarrollo, ven en la educación una oportunidad para un futuro más justo y sostenible. Más allá de las aulas, el aprendizaje conecta vidas, fortalece el tejido social y siembra esperanza para el cambio.
Educación rural para la transformación
Mira aquí el Capítulo 1:
Sueños para un mañana
Los educadores en Colombia no solamente tienen el reto de enseñar, sino de movilizar procesos de cambio en territorios rurales de Colombia, que a pesar de sus dificultades, tiene grandes sueños.
En Betulia, Santander, sueña con un colegio autosostenible, donde el aprendizaje conecte a los estudiantes con sus raíces agrícolas, fomentando el amor y el respeto por el campo como motor de desarrollo.
Aquí, Conexión Desarrollo se convierte en mucho más que un programa: es una puerta abierta para repensar la escuela y sus prácticas pedagógicas.
Mira aquí el Capítulo 2:
Estudiantes resilientes que construyen paz
Estos estudiantes, curiosos e interesados por el medio ambiente y las tecnologías, son también protectores en formación de su entorno natural. Sin embargo, las dificultades no solo fortalecen su resiliencia, sino también su deseo de soñar en grande: desde ser médicos hasta futuros docentes, su visión desafía los límites que el contexto les impone.
Mira aquí el Capítulo 3
La historia de estos estudiantes rurales es una de resiliencia, crecimiento y esperanza. A pesar de las adversidades que enfrentan, cada uno de ellos demuestra una capacidad extraordinaria para aprender, adaptarse y soñar con un futuro mejor. En las aulas del colegio Marta, la educación no solo se trata de contenidos académicos, sino de formar personas capaces de transformar sus comunidades y proteger su entorno.
Gracias al compromiso de los educadores y a los programas de apoyo como Conexión Desarrollo, estos jóvenes han encontrado un espacio donde pueden ser ellos mismos, crecer emocionalmente y construir una vida más plena. Con cada paso que dan, están cimentando el camino hacia un futuro donde la paz, el conocimiento y la protección del medio ambiente son los pilares fundamentales.